El 13 de febrero es el Día Internacional del Preservativo, una fecha vinculada al «Día del Amor», ya que el cuidado de la salud sexual es una manera de querer y quererse. La efemérides busca promover el uso de esta protección, que presenta un 98 por ciento de efectividad para prevenir infecciones de transmisión sexual – ITS – y embarazos no intencionales, si se utiliza siempre y de manera correcta.
El uso del preservativo es un derecho de todas las personas, ya que es una protección fundamental para prácticas sexuales saludables. El preservativo es gratuito y está disponible en los centros de salud y su acceso no tiene requisitos ni límites en cantidad. Toda persona, de cualquier edad, puede retirarlo sin necesidad la que acompañe una persona adulta. Cabe destacar que las obras sociales y prepagas también deben brindar cobertura para este método de protección.
En una época en que muchas veces los encuentros sexuales son el epílogo de una relación que comenzó en la redes sociales, como por ejemplo en Facebook o Tinder, una peligrosa práctica se instaló en la Argentina y otros países del mundo: el stealthing.
Se trata de un fenómeno que irrumpió en los jóvenes mientras tienen sexo y que proviene de hacer algo sigilosamente, de manera oculta. Por eso su denominación como “stealth sex”. Aunque muchos ya lo consideran un abuso sexual o violación, por lo que lo denominan un “asalto sexual”.
Y recae en quitarse el preservativo en plena relación sexual sin el consentimiento de la mujer, lo cuál puede derivar en dos grandes problemas: un embarazo no deseado o la transmisión de una enfermedad sexual grave.
“La eliminación no consensual del preservativo durante las relaciones sexuales expone a las víctimas a riesgos como un embarazo no deseado y a infecciones de transmisión sexual”, explicó a Infobae Miguel Pedrola, médico y coordinador en el país de AHF, la organización de lucha contra el VIH/SIDA más grande del mundo.
La perversa práctica fue estudiada por la estadounidense Alexandra Brosky, quien publicó un artículo en la revista académica Columbia Journal of Gender and Law, en el que aseguró que este hecho es bastante común y quienes lo llevan a cabo lo justifican como un “derecho natural masculino”. En varios grupos de hombres en las redes sociales lo justifican al decir que les permite “expandir su semilla libremente”.
Y el problema ya llegó a los tribunales de Suiza, donde en enero se condenó a un hombre a un año de prisión en suspenso por “violación”. El hombre, de 47 años, fue denunciado por una mujer que había conocido en Tinder. La Justicia determinó que si ella hubiera sabido que él iba a sacarse el preservativo, se habría negado a tener relaciones sexuales.
En la Argentina ya hay mujeres que están denunciando esta práctica. En concreto, de los 400 casos de delitos contra la integridad sexual denunciados este año, tres fueron por este tema. Pero la realidad es más cruda ya que los expertos consideran que, en este tipo de delitos, “detrás de un caso que se denuncia, hay al menos siete que no”.
“Ellas denuncian que los varones se sacaron el preservativo durante el acto sexual y las forzaron a continuar hasta que ellos eyacularan. A veces les dicen ‘no te preocupes, me lo saco pero termino afuera’, algo que luego no sucede y que tampoco evita un embarazo ni una enfermedad de transmisión sexual”, explicó días atrás a Infobae la psicóloga María Soledad Dawson, coordinadora de los “Equipos Móviles de Violencia Sexual” del Ministerio de Justicia y DDHH de la Nación.
“No son muchas las que denuncian. Como son relaciones ocasionales, muchas sienten vergüenza, tienen la sensación de que son responsables”, agregó.
Fuente: Infobae